Alejandro es un niño de 10 años que tiene pesadillas. No hay noche que no se le repita la misma pesadilla, la madre lo lleva al médico, pero él no cree que lo que le ha mandado el doctor le sirva de ayuda. Mientras tanto un día conoce a un mendigo, este tiene dos gatos, le dice que uno de ellos tiene pesadillas y que no puede dormir. Alejandro no sabe porque va cada día a ver al mendigo pero sus pies le conducen día tras día a verle, al principio solo le espiaba, pero luego se pone a hablar con él.
Una noche en la que no puede dormir ve a Senoi (uno de los gatos) en la calle maullándole, después de que le maullara unas cuantas veces se da cuenta de que Senoi le está pidiendo que le siga, así le lleva a la morada de Ulises (el mendigo) este le habla de una extraña brújula que le ayuda a viajar al subconsciente, al mundo de los sueños. Y le dice que es la única manera de hacer que la pesadilla desaparezca, tanto la de él como la de Senoi, ya que le pide que ayude también al gato.
Cuando despierta ese día, piensa que ha sido todo un sueño, pero cuando ve a la madre, esta le da un paquete que ha llegado por correos, en el se encuentra la brújula.
Alejandro intenta esa noche hacer lo que Ulises le dijo, pero cuando llega a ver su pesadilla se despierta, poco a poco cada noche va avanzando un poco más, hasta que consigue librarse de su pesadilla, ya solo queda librarse de la de Senoi y ayudarle a poder dormir.
Para esto tiene que ir cada noche de nuevo al mundo de los sueños, y allí se encontrara con aventuras que tendrá que recorrer, y con más personajes, no todos buenos.
Para ello también necesitará la ayuda de su mejor amiga Patricia, a ella le encarga la misión de ir a despertarle por las mañanas por si se queda dormido para no preocupar a la madre.
Este libro me ha hecho recordar a unos que leía de pequeña de Enid Blyton que se llamaban el árbol lejano, trataba de un árbol donde en la copa cada día, o cada semana aparecía un mundo nuevo, no siempre eran buenos y tenían que tener cuidado de salir de ese mundo antes de que se fuera de la copa del árbol, porque si no se quedarían encerrados en el…
Es un libro juvenil, pero a mí me ha gustado mucho. Siempre viene bien leer cosas distintas, este en concreto me ha hecho recordar mi infancia, la imaginación que teníamos antes que muchas de las veces la hemos perdido por completo. En un principio lo compré para mi hermana, pero no me he podido resistir a leerlo.
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